PAGINA PRINCIPAL

jueves, 8 de agosto de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS NOVENTA Y OCHO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3398.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por mi falta de fe. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, tu sabes que el tema del viaje de mi hijo menor hacia este país es una ilusión muy grande que tenemos mi hijo y yo, quizá por diferentes razones, y sabes también cuan tristes o desesperados nos ponemos cuando las cosas no salen en el tiempo en el que nosotros queremos que salga, es por lo que hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nos perdones por desesperarnos, por no saber esperar hasta que sea tu santísima voluntad de que ese sueño se haga realidad. Te suplico que me perdones por las cosas que yo hice mal y que han generado la demora en este proceso y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las corrijas en mi lugar para que todo pueda fluir más rápidamente gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias por perdonarme y por ayudarme para que todo sea más rápido.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones porque todavía no he podido superar la rabia que me produce el hecho e que los consumidores me griten a través del teléfono y aun termino la llamada sin dejarlos hablar. Te prometo tratar más para no volver a hacerlo. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todos los pensamientos negativos que me llegan a mi cerebro para decirme que quizá yo no tenga derecho de volver a ver  a mi hijo menor, que quizá el nunca pueda venir hasta este país, que quizá yo hice todo mal y nada me va a salir bien y que quizá yo no merezca tener esa felicidad, en lugar de cerrar mis ojos, pegarme de ti y conservar mi fe en ti para estar segura de que, si es esa tu santísima voluntad, muy pronto mi hijo podrá viajar para acá y que un día no muy lejano yo volveré a abrazarlo gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor, te doy gracias, mi adorado padre celestial, y te prometo que, si es esa tu santísima voluntad, yo voy a trabajar más duro para conservar dentro de mi mente, de mi corazón y de mi alma la fe que tengo en ti y que es la única que me ayuda a conservar la calma en las tormentas. Eso solo será posible gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario