Buenos
días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo
para ti, la carta número 3377.
Pero antes que nada quiero
decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI
CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de
las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados
que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de
mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar
esta carta para decirte cuanto yo te amo. Te digo todas estas cosas por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, desde hace ya un
tiempo, yo siempre te he dicho que te amo, en los últimos años me he dado
cuenta de cuan grande es tu amor por mi y me he arrepentido con el alma por no
haberte amado, por no haberte demostrado que te amo y por no haber hecho
publico mi amor por ti, a pesar de saber que yo no estaría en este mundo sino
fuera por ti. Lo primero que hoy quiero suplicarte con toda mi alma y con mi corazón
es que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todas mis
faltas de amor y de devoción hacia ti. Te suplico que me perdones por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, yo se que
te amo porque tú llenas mi corazón de amor y todo ese amor de mi parte es para
ti, te amo por ser mi padre, te amo por ser mi señor y dador de vida, te amo
por ser mi creador, te amo por amarme como me amas, te amo por nunca abandonarme,
te amo porque me permites ser llamada hija tuya y te amo, porque me has
concedido el enorme milagro de tener tu inmenso amor dentro de mi corazón.
Dios de mi cielo, tú sabes
que, aunque no sepa como demostrártelo suficientemente, mi amor hacia ti es
verdadero, y que me arrepiento de todo corazón por no ser lo suficientemente
buena para merecer tu amor. Se que me falta demasiado para ser una buena
cristiana y que aun mis tontos orgullos y mi ego no me permiten tener la humildad
que se necesita para poner la otra mejilla. Mis derechos me los das tu y tu
eres el único que sabe a que tengo yo derecho y a que no. Humanamente me equivoco
pensando que tengo todos los derechos, pero tu inmenso amor me enseña cada día que
eso no es cierto.
Dios de mi corazón, yo te
agradezco con el alma y con el corazón por concederme el enorme privilegio de
amarte y por permitirme ser tu hija y estar bajo el amparo de tu protección a
pesar de no merecerlo. Oh, mi adorado padre celestial, si ti no soy nada, sin
tu nada tengo y sin ti mi corazón estaría vacío. Gracias, gracias, gracias, por
llenar mi corazón con tu inmenso amor y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor nunca me dejes.
Te amo mi Diosito adorado,
gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario