PAGINA PRINCIPAL

miércoles, 5 de junio de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS TREINTA Y CUATRO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3334.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, en el año 1991, nuestro padre terrenal partió de este mundo para reunirse contigo en el cielo, tenía 67 años, 67 años que tu mi amadísimo señor Jesucristo le regalaste de vida en esta tierra para construir una familia de la cual yo hago parte. Fueron 67 años de los cuales yo casi no recuerdo nada, mas que el tiempo de adolescencia, las continuas peleas que tuvimos, los regaños, mi rebeldía. Luego me casé y partí de casa incluso sin su bendición, para luego reunirnos en muy pocas ocasiones hasta el día en el que murió, que tuve la oportunidad de ayudarle unos pocos minutos. En realidad, yo no pude disfrutar mucho de su compañía y en verdad lamento demasiado en no haber querido estar con él y compartir ese valioso tiempo en el que me regalaste su presencia en este mundo. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por eso y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, tú también me regalaste la compañía de mi madre maría Gabriela, quien partió de este mundo en el ano 2017, a ella le regalaste 80 años de vida y fue una persona muy inocente para su edad. Lamentablemente yo tampoco compartí mucho tiempo con ella, me fui de casa muy joven y luego fueron contadas las ocasiones en las que yo la visité. Gracias a ti y solo a ti, mi amadísimo señor Jesucristo, yo tuve la oportunidad de brindarles un techo seguro durante algunos años para que ella se reuniera con mi hermano Elkin, ese hijo que ella tanto amaba y por el que tanto sufría. Yo quiero darte gracias a ti mi amadísimo señor Jesucristo por esa valiosa oportunidad y quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todas las ausencias. Te suplico que me perdones por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, el ultimo ser querido que haya dejado este mundo hace poco fue mi Hermano Elkin, todavía me parece mentira que se haya ido porque tampoco fue mucho el tiempo en el que estuvimos juntos, aunque hablábamos regularmente. Quiero agradecerte inmensamente por el regalo que me hiciste de ser su hermana mayor y por haberme permitido ayudarle, aunque fuera un poco. Te lo agradezco por tu inmenso amor y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por el tiempo que no compartí con él. Te lo suplico por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial,

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario