PAGINA PRINCIPAL

lunes, 8 de enero de 2024

MI CARTA TRES MIL CIENTO OCHENTA Y CINCO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3185.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, en verdad que a veces quisiera devolver el tiempo para no haber perdido tanta energía enfrascada en tonterías en lugar de haberte amado, adorado y dedicado al cien por ciento a ti y solo a ti. Mi vida seria tan diferente. Yo quiero decirte mi amadísimo señor Jesucristo que te amo con todas las fuerzas de mi corazón, que eres mi vida entera, que me arrepiento con todo mi corazón por todos los años que te tuve olvidado, rezagado a un lugar que no era el tuyo por estar prestando atención a los seres humanos. Quiero que sepas que te agradezco con el alma por haberme perdonado y por haberme amado a pesar de no haber sido una buena hija. Te amo, te amo, te amo Dios de mi alma, gracias por amarme tanto, gracias por perdonarme todo y sobre todo, gracias porque nunca me has abandonado. Te amo, te amo, te amo.

Dios de mi amor, de todas las cosas que me has enseñado, hay una que me ha servido para entender, tolerar, perdonar y olvidar a pesar del dolor que me causa. Y es entender que mi hijo menor se enfermó de su mente, que quizá las cosas que un día tomó o consumió, o los eventos a los que estuvo expuesto, hicieron que me olvidara, hicieron que el ahora me vea como la culpable de todos sus males e hicieron que ahora el ya no quiero ni verme ni hablarme. Pero más allá de eso, yo aprendí que, si es esa tu santísima voluntad que esas cosa pasen con mi hijo en mi contra, es porque tu sabes que yo, gracias a ti, soy la única persona capaz de aguantarlo todo y de perdonarlo todo, porque tu mi amadísimo señor Jesucristo me hiciste su madre y me diste la misión, como madre, de recibir lo que ninguna otra persona puede recibir sin reaccionar en contra de mi hijo. Quizá mis palabras suenen confusas, pero yo se que tu mi amadísimo señor Jesucristo entiendes lo que te digo. Oh, mi adorado padre celestial, sin ti, sin tu amor, sin tu ayuda, yo jamás hubiera entendido este punto como ahora lo entiendo y el comportamiento de odio, abandono y agresividad que mi hijo tiene en mi contra, me hubiera derrumbado.  Gracias Dios por abrir mi mente al entendimiento. Gracias Dios por tanto amor.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario