Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2905.
Pero
antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA
PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL
ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias
por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y
para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por
todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también
quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi vida, Dios de mi amor, dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma,
hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, en verdad
me gustaría tener en mi vocabulario millones y millones de palabras cuyo
significado fuera igual o más grande que la palabra gracias, porque así podría expresarte
con palabras lo agradecida que estoy contigo oh, mi amadísimo señor Jesucristo
por tanto amor. Quiero que sepas que cuando mi hijo Andrés, se tuvo que regresar
a Medellín para su cirugía y se mudó a la casa de su papa para esperar ahí mientras
se operaba y se recuperaba, yo sentí mucho temor.
Mi
temor se basaba en saber que, en ese barrio, no solo viven las personas que
quieren hacerle daño sino también que existen mil lugares que mi hijo conoce
donde, si él quiere, puede recaer y volver al mundo de las drogas en el que
estuvo sumido en el pasado. Pero hoy quiero agradecerte por haberme mostrado y
enseñado que no importa donde mi hijo se encuentre, con quien se encuentre o
cerca de quien este, por malo que el ambiente o la persona sea, tú siempre estas
cuidando de él. Yo te agradezco con todo mi corazón por amarnos tanto, a todos
nosotros tus hijos alrededor del universo y porque ese tu inmenso amor, es lo
que nos salva a todos de la maldad gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor
Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios
de mi amor, yo te agradezco con todo mi corazón por enseñarme a aceptar mi
nueva realidad, la realidad de saber que mi hijo menor no me reconoce como madre,
que no me quiere, que no quiere hablar conmigo. Esas cosas que antes herían profundamente
mi alma humana ahora han pasado a ser parte de mi diario vivir y el amarte a
ti mi adorado padre celestial por encima de todo y de todos es lo único que me
ayuda a aceptarlo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial. Dios de mi cielo, tu amor es todo para mí, tu amor es capaz de
reparar todo lo que está mal en mi vida y de consolar lo que para los seres
humano no tiene consuelo. Yo te agradezco con todo mi corazón por amarme tanto
y por permitirme amarte. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Te
amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario