Buenos
días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo
para ti, la carta número 2.904.
Pero
antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA
PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL
ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias
por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo
día, gracias por todo, mi corazón. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón
mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.
Y
para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón
por todos los pescados que he cometido hasta hoy.
Y
también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de
llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a
todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma,
hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de
todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo mi fe y te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu
amor, compañía y protección, en este momento, hoy, mañana y siempre, por
siempre y para siempre para que esa fe nunca se pierda, para que esa fe sea más
grande, fuerte y ciega cada día y para que esa fe siempre esté bendecida por tu
inmenso y puro amor, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te
lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi amor, cada día qué pasa está a prueba mi fe en ti, cada que mi hijo
Andrés se desaparece, me insulta, se enoja, no me habla, no me responde, se va
a la calle, se pone a tomar, mi condición de ser humano débil y equivocado
amenaza con desequilibrar mi tranquilidad, y es en esos momentos en ellos que
yo me pego de mi fe en ti para tener la certeza de que no importa si todo se ve
mal, yo sé que tu mi amadísimo señor Jesucristo lo tienes todo bajo control y
estás cuidando de mi hijo, este donde este y con quien este. Es por lo que hoy
quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a
continuar en la práctica de mi fe en ti y que ese don de la fe que me
regalaste, que me permites tener y practicar, nunca se pierda gracias a ti y
solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo ñ Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios
de mi cielo, en tus manos encomiendo a mis hijos Andrés, Johana y Fabián y te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los sigas bendiciendo
con tu amor, compañía y protección, hoy, mañana y siempre, por siempre y para
siempre para que donde estén y con quien estén, siempre estén bien, gozando de
buena salud física, mental y espiritual, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo
señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te
amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado, hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario