PAGINA PRINCIPAL

viernes, 3 de marzo de 2023

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y CUATRO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.874.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi Corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, antes que nada, quiero agradecerte inmensamente por el milagro maravillosamente enorme y hermoso que nos regalaste a mi hijo menor y a mí, al sacarlo del mundo de oscuridad en el que hasta hace poco él se encontraba. Solo tu inmenso amor puede lograr lo que para nosotros los hombres es imposible. 

A veces me sorprendo a mí misma con pensamientos negativos y de incredulidad, porque parece imposible que mi hijo se hubiera recuperado de algo tan fuerte que lo tenía tan atado a un mundo de soledad. Y, sin embargo, ahí está el milagro, ese milagro de amor inmerecido que nos diste y que hoy disfrutamos gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. 

Dios de mi amor, esta vida que me permites tener, disfrutar y conservar, es un hermoso milagro de tu amor, un milagro que se hace latente cada mañana al despertar. Yo quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor no permitas que yo desperdicie este milagro de amor y que me ayudes a hacer de mi vida algo que valga la pena en honor al inmenso amor con el que tú me la regalaste, te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a dignificar esta vida maravillosa que me regalas con ese tu inmenso amor, que me ayudes a hacer de esta vida algo que valga la pena y que me ayudes por favor a ser esa hija de la que tu mi amadísimo señor Jesucristo te sientas orgulloso. Te lo suplico por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a ser agradecida cada día, todos los días, desde hoy y para siempre, que me ayudes a nunca olvidar todos los milagros recibidos de tus sagradas manos durante toda mi existencia. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario