PAGINA PRINCIPAL

sábado, 25 de marzo de 2023

CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS NOVENTA Y SIETE A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2.897.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón.  Gracias, gracias, gracias, mi amor.  Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.  Te amo, te amo, te amo, mi amor 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy. 

Y también quiero suplicar te que, si es esa tu Santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual.  Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi vida, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias.  Dios de mi vida, tú sabes que cada día, todos los días, a cada hora, cada minuto, cada instante yo tengo un nuevo motivo para agradecerte a ti Oh mi amadísimo Señor Jesucristo. Y es por lo que hoy quiero decirte, gracias por ayudarme a valorar el hecho de ser tan extraordinariamente bendecida con tu divina presencia dentro de mi corazón. 

Y es que tu presencia dentro de mi alma es la que hace que vea la belleza del mundo a pesar de tener tantos momentos humanos de oscuridad. 

Hoy mientras esperaba dentro del carro, triste por la reacción que tienen los seres que me diste para amar en este mundo, ante la falta de dinero, me pude dar cuenta, gracias a ti, que nada de lo que pase en este mundo, por difícil, oscuro o triste que sea, puede opacar la luz divina de tu amor dentro de mi corazón.

Nada puede evitar que mis ojos se maravillan ante la hermosura de esa naturaleza que creaste para todos nosotros tus hijos alrededor del mundo entero.

Nada puede evitar que, al mirar al cielo, tu luz divina se revele a través de las nubes y me llegue hasta el alma para darme felicidad a pesar de las tristezas que existen en el mundo humano.

Dios de mi amor, gracias por tanto amor, gracias por estar aquí dentro de mi corazón, gracias por permitirme verte, escucharte, sentirte. Gracias por perdonar en mí, tantos errores. Te agradezco todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. 

Dios de mi cielo, gracias por protegerme de la maldad de este mundo, por mantener mi vida y mi salud por encima de todos aquellos que quieren hacerme daño. Gracias porque yo me haya ganado el odio de todo el mundo, tú me amas a pesar de que nadie en este mundo me ame. Y no te preocupes Dios de mi alma, yo sé que, gracias a ti, yo voy a poder huir y voy a tener para donde, cuando esa sea tu santísima voluntad. Te agradezco todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado.  Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario