PAGINA PRINCIPAL

viernes, 24 de marzo de 2023

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS NOVENTA Y CINCO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2895.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo a mi hijo Andrés Felipe y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor no permitas que vuelva a caer en el vicio de las drogas, no permitas que vuelva a caer en depresión, no permitas que nada malo le pase. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, para que siempre este bien, para que cada día este mejor y para que, aunque no me quiera hablar ni escribir, él siempre se encuentre bien, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en tus manos encomiendo mis temores a caer de nuevo en la situación en la que estábamos el año pasado, mis temores a perder el enorme milagro que tu nos regalaste, tal vez por mis acciones y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por lo que yo haya hecho que no me permite disfrutar al 100 por ciento de tu maravilloso milagro y que si es esa tu santísima voluntad, por favor no me lo quites para que mi hijo pueda vivir bien, libre de drogas y de sus depresiones, para que mi hijo pueda conseguir un buen empleo y que pueda hacer su vida normal desde hoy y para siempre, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo mi fe en ti y  te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, hoy, mañana y siempre, para que esa fe nunca se pierda, para que la conserve intacta y la engrandezca y para que esa fe me ayude a sobrellevarlo todo sin temor, para que pase lo que pase la angustia nunca llegue a mí y sobre todo para que yo pueda demostrarte a ti mi amadísimo señor Jesucristo que mi fe y mi confianza en ti son más grandes que todos mis temores y mis tristezas humanas. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario