Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2859.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas
las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo,
mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida,
Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero
dedicar esta carta poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras
peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo la cirugía de mi hijo menor
Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas
con tu amor, compañía y protección, antes, durante y después de que salga de la
cirugía exitosamente, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te
lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo al médico cirujano que va a operar a mi hijo Andrés
y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu
amor, compañía y protección, antes, durante y después de la cirugía para que tus
sagradas manos sean sus manos todo el tiempo, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo
señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
cielo, en tus manos encomiendo la ansiedad, el temor y todos los sentimientos
que estén pasando por la mente y el corazón de mi hijo Andrés y te suplico que,
si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía y
protección, en este momento, hoy, mañana y siempre para que todas las cosas
malas, tristes o negativas desaparezcan para siempre de su vida, gracias a ti y
solo a ti mi adorado amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón
en tus manos encomiendo mi resistencia y mi aceptación para entender que mi
hijo no me quiera hablar, que quizá nunca vuelva a ser el mismo y te suplico
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía
y protección, para que mi fe y mi amor por ti, sea más grande el dolor que esa situación
me produce, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
alma, en tus manos encomiendo mis nervios en este día y te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección,
ahora, hoy, mañana y siempre, para que esos nervios se transformen en fe, gracias
a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, en tus manos encomiendo a mi hijo menor y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor nunca me lo dejes solo, que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor lo cubras con tu sagrado manto de amor, compañía y protección, en
este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo a mi esposo Guadalupe y te suplico que, si es esa
tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección,
en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo,
en tus manos encomiendo a mi hija Johana y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, en este
momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre. Te lo suplico por
tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, en
tus manos me encomiendo a mí misma y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, hoy,
mañana y siempre, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario