Buenos días mi
Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti,
la carta número 2858.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también
quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar
nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos
nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu
amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas
nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo la cita con el
anestesiólogo que tiene mi hijo menor en el día de hoy y te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y
protección, antes, durante y después de que a mi hijo le caya super bien en esa
cita, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por
tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo el temor que siento en este momento por la
cirugía de mi hijo menor Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, en este
momento, hoy, mañana y siempre, para que ese temor se convierta en la fe que
necesito para saber que tu mi amadísimo señor Jesucristo estas y estarás
cuidando de el y que todo saldrá muy bien, gracias a ti y solo a ti. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
cielo, en tus manos encomiendo nuestros pasos en este momento, hoy, mañana y
siempre y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los guíes
por los caminos que tu decidas nosotros recorramos. Te lo suplico por tu amor y
te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
corazón, en tus manos encomiendo la salud de nuestro cerebro, de nuestra mente,
de nuestro corazón, de todos los órganos de nuestro cuerpo, de nuestra alma, de
nuestro espíritu y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
nunca dejes de bendecirla con tu amor, compañía y protección, hoy, mañana y
siempre, para que esa salud sea extraordinariamente buena, gracias a ti y solo
a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Te amo mi
Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario