PAGINA PRINCIPAL

martes, 14 de febrero de 2023

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS CINCUENTA Y SIETE A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2857.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para todas mis promesas. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, antes de prometerte esto, quiero agradecerte inmensamente por hacerme entender que el arroz me hace daño, es por lo que hoy quiero prometerte que, hasta no encontrar la razón por la cual el arroz me hace tanto daño, consultando con el médico o con todos los medios que tú me permitas consultar, yo no voy a volver a comerlo. Te hago esta promesa porque de otra manera no sería capaz de dejarlo. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo sé que en muchas ocasiones te he quedado mal con las cosas que te he prometido, es por lo que quiero comenzar de ceros, porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, hoy tengo la oportunidad de hacerlo y te prometo que, a partir de este momento, yo no volveré a pelear con ninguno de mis hijos. Te prometo que, por más rabia o dolor que me produzcan las cosas que ellos me digan, yo les voy a responder a todo, Dios los bendiga. Te lo prometo por tu amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te prometo, a partir de este momento, comenzar a hacer uso del don de la paciencia que tú me regalaste desde que nací y que casi nunca practico. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te prometo que, a partir de este momento yo voy a comenzar a practicar más estrictamente tus mandamientos. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te prometo que, a partir de este momento voy a comenzar a practicar el don del perdón, ese don que no he utilizado como debería y que me hace sentir resentimiento por todas las cosas que me hicieron mis hermanos y hermanas cuando estuve en Colombia con mi hijo. El perdón para todas aquellas personas que le hicieron mal a mi hijo y que le dieron la espalda cuando más los necesito. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario