Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2833.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te las digo por tu inmenso
amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, toda la vida me la paso pidiéndote
cosas, todos los días, cada día, a cada instante te estoy molestando con tantos
y tantos problemas que tengo personalmente, con los problemas de mis hijos, con
los de mis hermanos y hermanas, con los de todos nosotros tus hijos alrededor
del mundo entero y hoy solo quiero decirte, primero que nada, que te amo con
todas las fuerzas de mi corazón y que sin ti mi vida no tiene ningún sentido.
Dios de mi
amor, lo siguiente que quiero decirte es que, en tus manos encomiendo mi vida,
la vida de mis hijos, la vida de mis hermanos y hermanas, sobrinos, la vida de
todos nuestros animales, la vida de mi esposo y su familia y la vida de todos
nosotros tus hijos alrededor del mundo entero. Te entrego nuestra vida para que
en ella se haga solo tu santísima voluntad, y no la nuestra.
Dios de mi
cielo, tú eres el único que sabe cuál es nuestro destino, el único que sabe cómo,
cuándo y dónde todas las cosas pasaran porque tú eres nuestro señor y creador.
Hoy quiero agradecerte inmensamente porque nuestra vida fue, es y será maravillosa
gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Quiero decirte gracias
por ser tan benévolo con nosotros, por perdonarnos a pesar de que hacemos tu
trabajo tan difícil, por olvidar nuestras ofensas a pesar de que cada día te
herimos con nuestro mal comportamiento.
Dios de mi corazón,
hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me
perdones por pedirte tantas cosas, cosas que yo creo que son las que necesito,
olvidando que tú eres quien sabe lo que en realidad yo necesito. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, gracias
por amarnos, gracias por protegernos y gracias por guiarnos por el camino que tú sabes todos debemos seguir. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario