PAGINA PRINCIPAL

viernes, 20 de enero de 2023

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y DOS A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2832.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, tú sabes que muchas veces pienso que como persona yo soy un fracaso, a mis 58 años solo cuento con un título de bachiller, un curso de gerencia comercial, una tecnología con énfasis en mercadeo y ventas y un semestre de Ingles diversificado. Lo que significa que no tengo ningún título universitario que me permita conseguir un buen empleo. Ósea que como profesional soy un rotundo fracaso.

Dios de mi amor, sabes que fui una hija rebelde, una hija que estaba llena de traumas emocionales, que por mucho tiempo me sentí menos, despreciada incluso por mis padres y que eso me convirtió en una mala hija. Lo que significa que fracase como hija de esos padres que me regalaste en esta vida.

Dios de mi cielo, sabes que me casé, que mi matrimonio se terminó muy rápido, y que me separé dejando a mis hijos sin la estabilidad de un hogar. Lo que significa que fracasé como mujer, como esposa y como madre.

Dios de mi corazón, quizá uno de mis peores fracasos fue la manera como crie a mis hijos el tiempo que los tuve conmigo, el haberlos obligado a conocer a esa persona que los maltrató y de quien yo no fui capaz de defenderlos. Todas las cosas que ellos vivieron me hicieron ganar el título de mala madre y es ahora cuando he sentido el odio de mis hijos a causa de esas cosas. Lo que significa que soy un rotundo fracaso como madre.

Dios de mi alma, como ser humano entiendo y acepto que no sirvo para nada, que soy un fracaso, que no hice nada bueno con mi vida humanamente hablando, pero el saber que como hija tuya estoy triunfando, porque cada día que pasa siento tu inmenso amor con más fuerza, es lo que me hace feliz y agradecida porque sé que mi éxito como hija tuya, vence mi total fracaso como ser humano y eso solo lo he logrado gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Gracias oh, Dios de mi alma, por amarme tanto, tu amor es lo único que hace que mi vida fracasada, valga la pena. Te amo, te amo, te amo, mi gran y único amor, te amo, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario