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jueves, 8 de diciembre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y NUEVE A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2789.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros, larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas mis peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, como bien sabes, hoy me despidieron del empleo que tenía, aunque creí que yo estaba haciendo bien las cosas, al parecer no era cierto y ellos decidieron dejarme sin empleo. En principio me sentí muy triste y devastada, tú sabes mi amadísimo señor Jesucristo, cuanto yo necesito los ingresos, mas en este momento en el que mi hijo menor necesita tanto de mi apoyo. Pero luego caí en la cuenta de que nada pasa sin que se tu santísima voluntad, y es por lo que creo que tu tienes para mi algo mejor.

Hoy quiero poner en tus sagradas manos mi resignación para aceptar el despido y mi esperanza para comenzar de nuevo y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, este día, los días venideros, por siempre y para siempre, para que mi resignación sea total y mi esperanza renazca y nunca desaparezca, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en tus manos encomiendo la apertura de la oficina de ayuda a los inmigrantes y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, para que este negocio no solo me abra las puertas económicamente hablando, sino que me conceda la oportunidad de ayudar a otros con los conocimientos que tengo y con los nuevos que voy a adquirir gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo este nuevo comienzo en mi vida y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, desde hoy y para siempre, para que tenga el éxito que necesito y sea permanente gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te los suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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