Buenos días mi
Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti,
la carta número 2788.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi
amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para darte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco
con todo mi corazón por procurar para mí la recuperación total de mi salud. Te
lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi amor,
yo te agradezco con el alma por mantenernos vivos y saludables a todos nosotros
tus hijos alrededor del universo entero. Gracias porque nunca te cansas a pesar
de que te molestamos tanto. Te lo agradezco por tu amor mi adorado padre
celestial.
Dios de mi
cielo, te agradezco con el alma porque nunca nos abandonas, porque estas
siempre presente cuidando de nosotros. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial.
Dios de mi corazón,
gracias por escucharme, por hablarme, por nunca dejarme, por perdonarme, por cuidar
de mi y de todos los seres que me diste para amar en este mundo con tanto amor.
Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi
alma, gracias por permitirme ayudar a mi hijo ahora que me necesita, gracias
por no dejar que caiga en la desesperanza y gracias por permitirme vivir dentro
de la fe para saber que, aunque mis temores humanos son enormes, es más grande
mi fe en ti, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, yo te agradezco con todo mi corazón por estar aquí, junto a mí,
procurando mi bienestar. Gracias por permitirme comer sin vomitar, gracias por
permitir que se me termine el mal de estómago y la diarrea y gracias por hacer
posible la recuperación total de todas las enfermedades en el mundo. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, gracias
por tu dulce abrazo, por tu tierna sonrisa, por tu invaluable compañía y, sobre
todo, por tu inmenso amor. Te agradezco todas estas cosas por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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