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miércoles, 7 de diciembre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y SIETE A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2787.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haberte escrito tu carta en el día de ayer. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, tu sabes que ayer yo no me sentía nada bien de mi estómago, pero aun así no es excusa para que haya olvidado lo mas importante que yo hago en el día después de hablar contigo, escribir para ti una carta diaria. Yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por tal olvido. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por ser tan distraída, por enfocarme en mis problemas y no pensar mas allá. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por dejarme llevar mas por mis temores humanos que por mi fe en ti, te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por preocuparme por las cosas que yo no puedo resolver ni controlar, en lugar de entregártelas a ti y creer ciegamente que tu mi amadísimo señor Jesucristo las vas a resolver. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por mis debilidades, por mis angustias, por sentirme mal cada vez que algo me acongoja, por tener miedo cuando me enfermo, por ser tan vulnerable a pesar de tener la fuerza de tu inmenso amor que me acompaña siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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