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lunes, 12 de diciembre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y TRES A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2793.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, hoy quiero agradecerte inmensamente por ayudarme a aceptar que la actitud negativa de mi hijo menor hacia mí es consecuencia de todos los errores que cometí cuando él era un niño y que el jamás pudo perdonarme. Aunque creo apenas el día de hoy alcancé la aceptación, te agradezco con el alma, que esa aceptación no sea tan dolorosa como debería ser, porque tu mi amadísimo señor Jesucristo me ayudas para que así sea. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, te agradezco con todo mi corazón por ayudarme a aceptar las consecuencias de mis actos y a seguir viviendo en la felicidad de tu amor, porque sé que, aunque los humanos nunca me perdonaron, tu mi amadísimo señor Jesucristo sí. Tu amor y tu perdón son todo lo que necesito para seguir viviendo tranquila y para sobrellevar el odio de mis hijos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te agradezco con todo mi corazón por ayudarme a cambiar mi manera de ser, de vivir, de pensar, gracias por las nuevas oportunidades, por las cosas que sacas de mi vida y por las nuevas que tendré gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te agradezco con el alma por no dejarme caer a pesar de perder y perder, quiero que sepas que no me importa perder amigos, perder hermanos, perder familia, perder empleos, perder la confianza de los seres que quiero, porque tengo en esta vida lo único que no quiero ni puedo perder. Tu inmenso amor. Oh, mi adorado padre, gracias por amarme a pesar de todo y de todos, gracias por perdonarme, gracias por nunca dejarme, gracias por abrazarme cuando el dolor me invade, gracias por sonreírme cuando estoy llorando y, sobre todo, gracias por nunca dejar de amarme. Te agradezco todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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