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sábado, 10 de diciembre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y UNO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2791.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, quisiera ser mas fuerte para responderte como debería a todas las bondades, maravillas y milagros que tu me concedes cada día todos los días, pero me encuentro de nuevo llorando desesperada a causa de los conflictos con mi hijo menor, quien, aunque gracias a ti al día e hoy esta mucho mejor, vuelve a tener momentos de odio hacia mi que lo hacen insultarme y decirme cosas tan feas que nunca pensé escuchar de parte de un hijo mío.

Aunado al hecho de que me quede sin empleo, este es un momento de debilidad que no quisiera tener para demostrarte a ti mi amadísimo señor Jesucristo que no importa lo que pase, mi fe en ti es inquebrantable.

Hoy te suplico, te imploro, te ruego que, si es esa tu santísima voluntad, por favor no me dejes caer en la desesperanza y me ayudes a pegarme de mi fe para superarlo. Que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a encontrar el camino para comunicarme con mi hijo de una mejor manera y que por favor, si es esa tu santísima voluntad, por favor no permitas que nada malo le suceda a el en esos momentos en los que esté perdido. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo quisiera ser capaz de cerrar mis ojos y vivir sumergida verdaderamente en mi fe en ti, porque así estaría segura de que mi hijo está bien en este momento, aunque me haya hablado de la manera en la que me habló esta mañana. Yo se que tu estas cuidando de él, yo se que tu mi amadísimo señor Jesucristo estas en control de todos nosotros y de todas las cosas que suceden en este mundo, y es por lo que me duele llorar y desesperarme. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por este nuevo momento de debilidad. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo a mi hijo menor Andrés Felipe y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo sigas sosteniendo como hasta ahora y por favor nunca lo abandones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Que yo te prometo ser mas fuerte y vivir con fe y sin miedo desde este momento y para siempre. Te lo prometo por tu amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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