Buenos días mi
Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti,
la carta número 2.811.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también
quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar
nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos
nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu
amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, hoy es 30 de
diciembre del año 2022 y quiero empezar diciendo, gracias, gracias, gracias,
gracias por amarnos tanto. Tu amor es lo único que me ha sostenido toda mi
vida, tu amor fue lo único que me saco de la depresión y el desespero de saber
que mi hijo estaba muy enfermo y que podía curarse gracias a tu inmenso amor.
Tu amor es lo único que necesito para tener esperanza, para llenarme de fe y es
tu amor la única razón por la que tengo vida y salud. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, yo te agradezco con toda el alma, por tu divina presencia dentro de mi
corazón, porque esa es la hermosa manera que tú tienes de poder cuidar de cada
uno de nosotros desde lo más profundo de nuestro ser. Contigo dentro de mi
corazón yo siempre me siento acompañada, protegida, bendecida y amada. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi
cielo, yo te agradezco con todo mi corazón por ser mi padre, por ser el único y
verdadero padre, por ser el padre más amoroso del universo entero, por ser ese
padre que no castiga, sino que aconseja. Por ser ese padre que nunca se cansa
de insistir hasta que nosotros le escuchamos, por ser ese padre que siempre nos
perdona hasta las más graves ofensas y, sobre todo, por ser ese padre que nunca
se cansa de amarnos, de demostrarnos su amor y que nunca nos abandona. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi
corazón, te agradezco con toda mi alma por concederme el enorme honor de ser
llamada hija tuya, de verdad que ese es el mayor privilegio, la mayor
bendición, porque siendo tu hija recibo tu amor, porque siendo tu hija recibo
tu perdón, porque siendo tu hija recibo tu abrazo cada vez que lo necesito,
pero lo más importante, ser tu hija me une a ti mi amadísimo señor Jesucristo,
para toda la eternidad. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Te amo mi
Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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