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domingo, 25 de diciembre de 2022

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS SEIS A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2806.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos regales a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco con todo mi corazón por permitirnos a todos nosotros tus hijos alrededor del universo entero, disfrutar de una nueva navidad. Gracias porque nos bendices con vida y salud, gracias porque nos permites compartir con los seres que nos diste para amar en este mundo y gracias porque en cada navidad conmemoramos un año más de tu nacimiento. Te agradezco todas estas cosas con tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, gracias porque gracias a que tú me lo repites todos los días y no te cansas hasta que yo te escuché, me di cuenta de que, en realidad, es mejor estar callada que hablar, porque todo lo que digo o está cargado de sarcasmo o es mal interpretado. En estos días me di cuenta, gracias a ti, que debí haberte cumplido la promesa que te hice hace mucho de quedarme callada con mi hijo o con mi esposo, o cuando discuto con alguien, para que las cosas estuvieran mejor para ellos e incluso para mí.

Es por lo que hoy quiero decirte gracias, por permitirme aprender que lo que tengo que hacer para ayudar a todos es quedarme callada y solo confiar en ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te agradezco con todo mi corazón por llamarme la atención en cuanto a mi falta de fe, al desespero de esta semana, a las discusiones que tuve con mis hijos porque no quisieron llamar a su hermano para que yo supiera que él estaba bien. Gracias por enseñarme que la fe es creer en algo que yo no puedo ver y es así como yo demostrarte a mi amadísimo señor Jesucristo que creo ciegamente en ti verdaderamente. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, yo te agradezco con toda el alma porque a pesar de que te fallo tanto y tan constantemente, tú nunca dejas de amarme. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta manana.

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