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sábado, 24 de diciembre de 2022

MI CARTA DOS MIL OCHOCIENTOS CINCO A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2805.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, en verdad, en verdad te digo gracias, inmensas gracias, muchísimas gracias, gracias por todo, gracias mil, mil gracias, gracias por tanto amor. Gracias porque a pesar de que todos me dicen lo mala que soy, de que todos, incluyendo a mis hijos me tratan con tanto odio, tu mi Diosito adorado me demuestras que algo bueno debo tener puesto que tengo tu amor. Y es que tú me demuestras todos los días, a cada instante, que tu amor por mí es tan grande que no te importa lo que los seres humanos opinen de mi porque aun así tú me ves merecedora de tan inmenso amor. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te agradezco con todo mi corazón por ser el alimento para mi alma, por venir hacia mi cuando caigo y me siento abatida con tanto golpe que recibo. Te agradezco que sigas a mi lado a pesar de que a diario cometo tantos errores y te agradezco con todo mi corazón porque tú nunca me has abandonado. Te agradezco todas estas cosas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, entender que mis errores me condenaron a la soledad humana me ha sido demasiado difícil, pero saber que el llegar hasta aquí, me ha acercado a ti, hace que valga la pena quedarme completamente sola en este mundo. Tu eres mi fuerza, eres mi amor, eres la luz que ilumina a mi corazón y no importa si recibo todo el odio del mundo humano, porque tu amor, hace que ese odio desaparezca por completo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, gracias por quitar de mis hombros el gran peso que significa no haber servido para nada en este mundo humano, porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Y lo sé, porque así lo siento, lo sé porque al mirarte tú siempre me sonríes, lo sé porque tengo vida, lo sé porque conservas la salud de mi cuerpo, de mi mente y de mi espíritu. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Yo te prometo que, a partir de este momento ya nunca más volveré a llorar por nada, que me pegare de mi fe en ti para saber que todos están bien a pesar de que no me permitan saber de ellos y luchare para conservar esta vida que tu amor me regala. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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