Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2776.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas
nuestras peticiones. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo la salud de mi
hijo menor, todos los exámenes de sangre que le permitiste hacerse en el día de
hoy y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas
con tu amor, compañía y protección, para que esos exámenes salgan libres de
todo padecimiento o enfermedad y mi hijo este totalmente sano, gracias a ti y
solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo la salud de las orejitas de mis dos gatitos y te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu
amor, compañía y protección, este y todos los días para que se mejoren y se
curen completamente de sea lo que sea que tengan en ellas, gracias a ti y solo
a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi
cielo, en tus manos encomiendo la felicidad del alma de todos nosotros tus hijos
alrededor del mundo entero y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor permitas que todos nosotros podamos entender que tu mi amadísimo
señor Jesucristo vives dentro de nuestros corazones y que ese es el único motivo
para vivir felices y agradecidos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Dios de mi corazón
y de mi alma, en tus manos encomiendo a mis nietos Jacobo y Juan José y te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu
amor, compañía y protección este y todos los días de la maravillosa vida que les
permites tener, disfrutar y conservar, para que sigan siendo niños felices,
para que sigan estando sanos, para que sigan obteniendo todos sus logros, para
que nunca se enfermen y nunca les falte nada gracias a ti y solo a ti mi amadísimo
señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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