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jueves, 24 de noviembre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS SETENTA Y CINCO A DIOS



Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2775.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mi vida, a veces me sorprendo a mí misma siendo demasiado desagradecida con las enormes maravillas que tú me das, cuando me dejo llevar por el miedo pensando en la situación de mi hijo, en que está mal o en que quizá está cayendo de nuevo en sus debilidades, en lugar de centrarme en el hecho de que gracias a ti y solo a ti, mi hijo está mucho mejor de lo que estaba antes y que gracias a ti y solo a ti, es una certeza que tu milagro está terminado y que el estará muy bien de ahora en adelante, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo.

Y es por lo que hoy quiero pedirte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por ser como soy. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, estas son mis promesas para ti en el día de hoy, promesas que me esforzare para cumplir porque quiero comenzar a darte gracias verdaderamente, quiero comenzar a valorar realmente todo lo que tu inmenso amor me regala cada día, todos los días. Y te hago estas promesas por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te prometo que, si es esa tu santísima voluntad, a partir de este momento yo seré feliz y agradecida contigo, que nunca más volveré a desesperarme con las cosas que hace o dice mi hijo, porque tendré la absoluta certeza de que todo va a estar bien con él, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te prometo que, si es esa tu santísima voluntad, voy a tenerle más paciencia a Guadalupe, el esposo que me diste, lo voy a perseguir menos y le voy a preguntar menos o casi nada quien lo llama o quien le textea. Te prometo hacer todas las cosas que debo hacer por amor a ti y no por amor a mí ni a los hombres. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me gas dado. Hasta mañana.

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