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viernes, 7 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS VEINTISIETE A DIOS



Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2727.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo el tratamiento que está haciendo mi hijo menor, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días de la maravillosa vida que le permites tener, disfrutar y conservar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en tus manos encomiendo mi profundo agradecimiento para ti y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección hoy, mañana y siempre para que ese agradecimiento sea cada día mayor. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo la búsqueda de empleo de mi hijo menor Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, hoy, mañana y siempre, para que esa búsqueda sea exitosa, gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo mi paciencia para esperar hasta que mi hijo vuelva a recordar que soy su madre, para que mi hijo nunca me vuelva a olvidar, para esperar hasta que yo pueda ser una mejor madre y así merecer tener de nuevo el amor de mis hijos, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.  Dios de mi alma, en tus manos encomiendo mi humildad para reconocer mis errores, mi aceptación de esos errores y de las consecuencias que tengan esos errores, porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, esas consecuencias son muy llevaderas. Esas consecuencias, gracias al amor que me tienes, no son tan duras como deberían ser. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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