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sábado, 8 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS VEINTYOCHO A DIOS


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2728.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, yo te agradezco de todo corazón por abrir mis oídos y mis ojos a mi realidad. Gracias por hacerme consciente de todas mis fallas, gracias por perdonar en mi todas esas fallas y gracias por permitirme corregir esas fallas. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, ayer, mientras sostuve una discusión con mi esposo me di cuenta de lo horriblemente intensa que soy yo con respecto al dinero y al tiempo de mi esposo. Aunque he cambiado algo, el cambio no se nota porque el aún sigue reclamándome lo mismo.

En cuanto al dinero el tiene toda la razón, yo soy demasiado absorbente, demasiado desconfiada y siempre estoy pensando que el se gasta el dinero en la calle con otras mujeres. Esa es la verdad.

En este punto quiero detenerme porque, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo padre celestial, todos los errores que cometo le hacen daño a las personas que me diste para amar en este mundo y también gracias a ti, abrir mi conciencia a mis errores me hace una mejor persona para merecer en verdad todos los milagros que recibo de tus sagradas manos, cada día, todos los días.

Hoy quiero agradecerte infinitamente por hablarme a través de las personas y hacerme saber todo lo que estoy haciendo mal. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Hoy también quiero prometerte que, si es esa tu santísima voluntad, y tú me das la licencia para hacerlo, desde este momento seré una persona totalmente diferente en lo que al dinero se refiere, porque así como yo exijo que me permitan gastar mi dinero como a mí me parezca, así también debo respetar las decisiones de mi esposo a cerca de cómo quiere gastarse el dinero, con la premisa de que ninguno de los dos hace cosas malas con el dinero que nos ganamos gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial. Te lo prometo por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado, hasta mañana.

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