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jueves, 27 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y SIETE A DIOS



Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2747.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, en los días pasados, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, yo he podido recordar algunos de los enormes errores que cometí cuando era joven, incluso algunos de los que yo cometí cuando era una niña. Muchos de esos errores los había olvidado, tal vez por vergüenza, tal vez porque muchos de esos errores me trajeron consecuencias horribles o tal vez porque muchos de esos errores los cometí cuando estaba triste o cuando estaba enojada, o simplemente fueron errores que cometí para herir a alguien. Esa parte no la puedo recordar.

Pero hoy me alegra que tu mi amadísimo señor Jesucristo, me estes permitiendo recordar esos errores, porque así me das la oportunidad de arrepentirme por ellos y de pedirte perdón. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todos los errores que cometí con mis hermanos y hermanas, en contra de mis hermanos y hermanas. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por mis constantes discusiones con ellas, por mi rebeldía de no entenderlos y de pedir siempre que ellos me entendieran. Por mi caótica manera de vivir y por haberme alejado de todos ellos desde que éramos jóvenes porque no me entendían, porque no los entendía y porque nunca me esforcé realmente ni para entenderlos ni para ser una buena hermana. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todos los errores que cometí en contra de mis padres, por mis constantes peleas con ellos, por haber sido grosera e irrespetuosa, por las veces que los hice sufrir a causa de mi rebeldía, de mi grosería y de mi desobediencia. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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