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viernes, 28 de octubre de 2022

MI CARTA DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y OCHO A DIOS



Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2748.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por las cosas que les hice a mis amigos, amigas y vecinos cuando era una adolescente, por las mentiras y las traiciones, porque siempre quería tener todo lo que las demás tenían. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por las cosas que le dije y que le hice a mi esposo cuando estuvimos casados. Por las constantes peleas, por los gritos, por los innumerables momentos en los que fingía estar muy enferma para que el no me dejara, a pesar de que siempre se iba y me dejaba ahí tirada. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por las veces que mentí, las veces que traicione, las veces que me quede con el dinero que no era mío, aunque era del matrimonio, pero era dinero que mi esposo ganaba y yo no, te suplico que me perdones todas estas cosas por tu i menso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber luchado por mi matrimonio, por haberme involucrado en peleas y hacer lo mismo que mi esposo hacía por venganza. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te suplico con todo mi corazón yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por haber expuesto a mis hijos a situaciones difíciles en su niñez y hacerlos dejado sin hogar. Que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por haberlos hecho sufrir y obligarlos a compartir su vida de niños con esa persona que les hizo tanto mal. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no haber cumplido a cabalidad con la misión de amor de madre que me encomendaste cuando estaba joven y que solamente tomé con seriedad cuando me hice adulta. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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