Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2683.
Pero antes que nada quiero decirte
gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR
SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la
salud, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas
las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo,
mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas
promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es
esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y
puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de
mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para
poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi
vida, en tus manos encomiendo el viaje a Bogotá de mi hijo menor y te suplico
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía
y protección, antes, durante y después de que llegue con bien a su destino. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, en tus manos
encomiendo este y todos los días de nuestra vida, de esta vida que tan
amorosamente nos permites tener, disfrutar y conservar y te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor la sigas bendiciendo con tu amor, compañía
y protección, este y todos los días, por siempre y para siempre. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, en tus manos
encomiendo todos los sueños de mi hijo, su deseo de cambio, sus ganas de salir
adelante, sus ilusiones de encontrar algo nuevo y provechoso en una nueva Ciudad
alejado de todos los que lo rechazan y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección y permitas que ese
nuevo lugar, en este caso Bogotá traiga para el lo que tu mi amadísimo señor Jesucristo,
quieres que traiga. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi corazón, en tus manos
encomiendo mi paciencia, mi tolerancia, mi paz, mi calma, mi salud mental, física,
mental y emocional y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
las bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días de la
maravillosa vida que me permites tener, conservar y disfrutar. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, contigo
lo puedo todo, sin ti no tengo nada. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor nunca me abandones, nunca abandones a mi hijo Andrés, nunca abandones
a mi hijo Fabian, nunca abandones a mi hija Johana, nunca abandones a mi esposo
Guadalupe, nunca nos abandones a ninguno de nosotros tus hijos alrededor del
universo entero. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por
todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario