Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2611.
Pero antes que nada quiero decirte
gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR
SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud,
gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias,
gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi
adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas
promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es
esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y
puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de
mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para
compartir contigo todos esos sentimientos humanos que no puedo ni quiero
compartir con nadie más. Te los comparto con amor y por tu inmenso amor mi
adorado padre celestial. Dios de mi vida, en este viaje que pude hacer a Colombia,
gracias ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo, pude sentir de nuevo el
rechazo del que fui victima cuando era niña. El rechazo de mis hermanos y de
mis hermanas, pero esta vez ese rechazo se hizo más evidente y doloroso, porque
no solo me estaban rechazando a mí, sino también a mi hijo menor. Hoy quiero
que sepas mi Diosito adorado que ese rechazo me dolió mucho, pero que, gracias
a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, ese nuevo rechazo no logró
herir a mi corazón, como lo hirió en el pasado. Eso fue solo gracias a ti y
solo a ti mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, después de este viaje,
pienso que perdí la amistad con casi todos mis hermanos, por no decir con
todos, o mejor, no es que la haya perdido, sino que, en realidad, nunca hubo
una amistad o relación de hermanos verdadera. Quizá nosotros nos alejamos desde
que nos conocimos cuando nacimos y compartimos nuestra vida como familia, y quizá
ese alejarnos era para siempre. Hoy, gracias a ti, a pesar de tener la certeza
de haber perdido la relación con casi todos mis hermanos, me siento tranquila,
gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, hoy quiero suplicarte
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor bendigas con tu amor, compañía y
protección a todos mis hermanos y mis hermanas, a mis sobrinos y a mis sobrinas
y a todos los demás integrantes de mi familia materna y mi familia paterna,
este y todos los días de la maravillosa vida que les permites tener, disfrutar
y conservar, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, quiero que sepas como me siento
a cerca de todo lo que viví en esos días que estuve en Colombia, compartiendo el
tiempo con mis hijos, gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial. Esos
momentos fueron como un ir y venir de grandes emociones, miedos, rabia, dolor,
pero también de amor y ternura.
Yo quiero agradecerte infinitamente mi Diosito
adorado por bendecirme con ese viaje, por permitirme abrazar a mis hijos, por
permitirme entregarles el amor que hay en mi corazón por ellos, por permitirme recibir
su amor y también por permitirme recibir de ellos palabras hirientes, verdades
crueles que tienen dentro de sus corazones para mí. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo
lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario