PAGINA PRINCIPAL

lunes, 13 de junio de 2022

MI CARTA DOS MIL SEISCIENTOS ONCE A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2611.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para compartir contigo todos esos sentimientos humanos que no puedo ni quiero compartir con nadie más. Te los comparto con amor y por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en este viaje que pude hacer a Colombia, gracias ti y solo a ti mi amadísimo Señor Jesucristo, pude sentir de nuevo el rechazo del que fui victima cuando era niña. El rechazo de mis hermanos y de mis hermanas, pero esta vez ese rechazo se hizo más evidente y doloroso, porque no solo me estaban rechazando a mí, sino también a mi hijo menor. Hoy quiero que sepas mi Diosito adorado que ese rechazo me dolió mucho, pero que, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, ese nuevo rechazo no logró herir a mi corazón, como lo hirió en el pasado. Eso fue solo gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, después de este viaje, pienso que perdí la amistad con casi todos mis hermanos, por no decir con todos, o mejor, no es que la haya perdido, sino que, en realidad, nunca hubo una amistad o relación de hermanos verdadera. Quizá nosotros nos alejamos desde que nos conocimos cuando nacimos y compartimos nuestra vida como familia, y quizá ese alejarnos era para siempre. Hoy, gracias a ti, a pesar de tener la certeza de haber perdido la relación con casi todos mis hermanos, me siento tranquila, gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor bendigas con tu amor, compañía y protección a todos mis hermanos y mis hermanas, a mis sobrinos y a mis sobrinas y a todos los demás integrantes de mi familia materna y mi familia paterna, este y todos los días de la maravillosa vida que les permites tener, disfrutar y conservar, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, quiero que sepas como me siento a cerca de todo lo que viví en esos días que estuve en Colombia, compartiendo el tiempo con mis hijos, gracias a ti y solo a ti mi adorado padre celestial. Esos momentos fueron como un ir y venir de grandes emociones, miedos, rabia, dolor, pero también de amor y ternura.

Yo quiero agradecerte infinitamente mi Diosito adorado por bendecirme con ese viaje, por permitirme abrazar a mis hijos, por permitirme entregarles el amor que hay en mi corazón por ellos, por permitirme recibir su amor y también por permitirme recibir de ellos palabras hirientes, verdades crueles que tienen dentro de sus corazones para mí. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario