PAGINA PRINCIPAL

jueves, 17 de febrero de 2022

MI CARTA DOS MIL CUATROCIENTOS NOVENTA Y CINCO A DIOS



Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2495.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo mi relación con mi hijo Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, hoy, mañana y siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de m i amor, tu sabes lo que siento cuando mis hijos o cualquiera de las personas que me diste para amar en este mundo me dice cosas feas, palabras hirientes que me lastiman. Sabes el dolor que eso me produce en el momento en el que leo o escucho esas palabras. Pero gracias a ti mi adorado padre celestial, después de sentir dolor, rabia, impotencia y tantas cosas más, me pongo a pensar que quizá esas palabras que ellos me dicen son el grito ahogado de alguien que se siente atacado por mí.

Y gracias a ti mi Diosito adorado me doy cuenta de que quizá mi manera de cuidar de mis seres amados no es la mejor manera. Es por lo que hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones si ese es mi gran error y me ayudes a quedarme callada de hoy en adelante para no decir nada que hiera al otro y esperar mejor a que tu mi Diosito adorado hagas tus milagros sin que mis palabras interfieran en tu trabajo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo la vida de mis hijos, y todos los procesos existenciales por los que ellos atraviesan a diario y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo mi paciencia para entender y mi tolerancia para quedarme callada aun en los momentos en los que quisiera gritar y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días, por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario