Buenos días mi Diosito adorado, hoy
estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2495.
Pero antes que nada quiero decirte
gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR
SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la
salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón.
Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi
adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas
promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es
esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y
puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de
mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas
manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos
encomiendo mi relación con mi hijo Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, hoy, mañana
y siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de m i amor, tu sabes lo que
siento cuando mis hijos o cualquiera de las personas que me diste para amar en este
mundo me dice cosas feas, palabras hirientes que me lastiman. Sabes el dolor
que eso me produce en el momento en el que leo o escucho esas palabras. Pero
gracias a ti mi adorado padre celestial, después de sentir dolor, rabia,
impotencia y tantas cosas más, me pongo a pensar que quizá esas palabras que
ellos me dicen son el grito ahogado de alguien que se siente atacado por mí.
Y gracias a ti mi Diosito adorado me
doy cuenta de que quizá mi manera de cuidar de mis seres amados no es la mejor
manera. Es por lo que hoy quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me perdones si ese es mi gran error y me ayudes a quedarme callada de
hoy en adelante para no decir nada que hiera al otro y esperar mejor a que tu
mi Diosito adorado hagas tus milagros sin que mis palabras interfieran en tu
trabajo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo, en tus manos
encomiendo la vida de mis hijos, y todos los procesos existenciales por los que
ellos atraviesan a diario y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor los bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días,
por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial. Dios de mi corazón, en tus manos encomiendo mi paciencia
para entender y mi tolerancia para quedarme callada aun en los momentos en los
que quisiera gritar y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
las bendigas con tu amor, compañía y protección, este y todos los días, por siempre
y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por
todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario