Buenos días mi Diosito adorado, hoy
estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2474.
Pero antes que nada quiero decirte gracias,
POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI
PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la
salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por regalarnos la
salud y la vida, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi
amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te
amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas
promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es
esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y
puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de
mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de
mi vida, parece increíble que me tomara más de cincuenta años entender que yo
vine a este mundo para encontrar el camino para llegar a ti. Y quiero que sepas
que me arrepiento de todo corazón por haber perdido tanto tiempo en mi vida y
porque aún me falta mucho para lograr ser esa hija de la que tu mi Diosito adorado
te sientas orgulloso.
Es por lo que hoy quiero decirte
gracias, primero por abrirme el entendimiento para saber que yo vine a este
mundo para encontrarme contigo, que es el conocimiento más maravilloso,
segundo, por permitirme buscar ese camino que me lleve hasta a ti y tercero por
perdonar de mí todos los errores y darme la oportunidad de resarcir esos
errores de la manera que tu decidas mi adorado padre celestial. Te lo agradezco
por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, yo te agradezco de
todo corazón por ser la salvación del mundo. Yo sé que tu diste tu vida por
nosotros para que recibiéramos el perdón del pecado de nuestros primeros padres
y viniéramos a este mundo sin vestigio de pecado. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo también sé que tu
mi Diosito adorado vives dentro del corazón de cada ser humano, que estás ahí para
darnos vida, que te mantienes ahí para conservar esa vida y para bendecirnos
con tu divina presencia para toda la eternidad. Te lo agradezco por tu inmenso
amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, gracias por
enseñarme el camino, por acompañarme en ese camino, por corregirme cuando me desvío
de ese camino y sobre todo por amarme como me amas. Tu amor es lo único que
necesito para saber que, aunque me equivoque, tú nunca me abandonarás y que al
final tú me vas a llevar hasta donde tú quieras que yo baya. Te lo agradezco
por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por
todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario