Buenos días mi Diosito adorado, hoy
estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2428.
Pero antes que nada quiero decirte
gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR
SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la
salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi
corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi
corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas
promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he
cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es
esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y
puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física,
mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios
de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus
sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Dios de mi vida, en tus
manos encomiendo el alma del señor Vicente Fernández, quien, gracias a ti, hoy
descansa. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo
bendigas con tu amor, compañía y protección por siempre y para siempre. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, en tus manos
encomiendo esta semana que se va y la semana que gracias a ti y solo a ti, va a
comenzar. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios de mi cielo, en tus manos
encomiendo la cita de cardiología que gracias a ti y solo a ti mi Diosito
adorado, yo tengo esta semana y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor me des la valentía que necesito para asistir a ella. Tú
sabes mi Diosito adorado cuan nerviosa yo me pongo cada vez que me enfrento a
esa maquina que revisa mi marcapaso y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor me quites ese miedo, me ayudes a asistir a esa cita con fe
y sin miedo y, sobre todo, me bendigas con tu amor, compañía y protección antes,
durante y después de esa cita. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas
gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, en tus manos
encomiendo mi cita de cardiología y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía y protección y permitas
que todo este muy bien con mi corazón. Te lo suplico por tu amor y te doy
gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi alma, en tus manos
encomiendo el espíritu del señor Vicente Fernández y te suplico que, si es esa
tu santísima voluntad, por favor lo acojas en tu seno y lo bendigas con tu
presencia dentro de su alma. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario