Buenos días mi Diosito,
hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2410.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi
amor.
Y para cumplir con una
de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados
que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones
con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida
y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me perdones por no hablarle a mi hijo mayor Fabián. Te lo suplico por
tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi amor, yo te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me des la oportunidad
de hacer un video desde mi teléfono explicándole a mi hijo, sin rabia, las
razones por las cuales le deje de hablar y te suplico que, si es esa tu santísima
voluntad, por favor permitas que el entienda esas razones. Te lo suplico por tu
amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Tú sabes mi Diosito adorado
que yo amo a mis hijos, que ese amor nunca termina, porque ese amor que yo les tengo
proviene de mi corazón, que esta bendecido con la grandeza de tu inmenso amor. También
sabes que me duele estar enojada con ellos, porque no hace parte de mi misión como
madre, tener momentos de rabia hacia ellos. Es por lo que te suplico que, si es
esa tu santísima voluntad, por favor me perdones. Te lo suplico por tu amor y
te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, en
tus manos encomiendo a mis hijos y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor les bendigas su entendimiento. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón,
yo se que me equivoco demasiado, pero te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor me muestres donde y como me equivoco y me ayudes a corregir a tiempo
todas mis equivocaciones. Te lo suplico por tu amor y te doy inmensas gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi alma, en
tus manos encomiendo todas mis acciones, todas mis reacciones ante lo que me
digan o me hagan y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las
bendigas con tu amor, compañía y protección, para que esas reacciones sean las
mejores del mundo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado,
gracias oír todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario