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domingo, 3 de octubre de 2021

MI CARTA DOS MIL TRESCIENTOS CINUENTA Y OCHO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2358.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, gracias por enseñarme que en esta vida lo único que importa es el amor que existe dentro de nuestros corazones, porque ese amor, ese inmenso y gran amor, eres tu mi adorado padre celestial. teniéndote a ti en nuestras vidas, que significas puro amor, nuestro corazón esta lleno de verdadera, perdurable y eterna felicidad. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, te agradezco de todo corazón mi adorado padre celestial porque a pesar de que el mundo te da la espalda tu nunca nos dejas de amar. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, gracias por este día tan hermoso lleno de sol que nos permites disfrutar, gracias porque cada rayo de sol contiene la grandeza y la belleza que le da tu inmenso amor. Te lo agradezco por tu amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, gracias porque me permites, una vez más, estar aquí, sentada frente al computador, escribiendo esta carta. Gracias por concederme la gracia de comunicarme contigo de esta y de todas las maneras. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, yo te agradezco por enseñarme a amarte, por enseñarme a respetarte, por enseñarme a adorarte y por enseñarme a practicar cada día mi fe en ti. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, en tus manos encomiendo este y todos los días de nuestra maravillosa vida y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nos sigas bendiciendo con tu amor, compañía y protección por siempre y para siempre. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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