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viernes, 3 de septiembre de 2021

MI CARTA DOS MIL TRESCIENTOS VEINTIOCHO A DIOS


 

Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2328.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones porque aun me cuesta mucho trabajo dejar de reaccionar ante los gritos de mi esposo. Aun me falta la humildad para poner la otra mejilla ante las agresiones, aun me falta la fortaleza para cumplirte la promesa de ser diferente en muchos aspectos y aun sigo haciendo las cosas que dije no hacer, como llamar, preguntar y tratar de ver los mensajes que manda mi esposo. Te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todo y me ayudes a ser más fuerte cada día para dejar de hacer estas estupideces. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones porque hasta ahora no he sido capaz de enterrar mis celos y mis inseguridades, debilidades humanas que no sirven para nada bueno y lo único que hacen es hacerme quedar mal a ti. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor no te canses de perdonarme, no te canses de ayudarme, no te canses de darme la oportunidad de cambiar y procura para mi ese cambio porque tú sabes que, en este punto de mi vida, lo único que yo quiero es que, sin importar nada, tu mi Diosito adorado te sientas orgulloso de mi. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, hoy quiero entregarte mi amor y mi corazón de manera verdadera y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a encontrar la mejor manera de demostrarte que yo si te amo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi alma, gracias por amarme tanto, gracias por perdonarme, gracias por bendecirme con esa tu tierna mirada y gracias por tu inmensa misericordia para conmigo. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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