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jueves, 23 de septiembre de 2021

MI CARTA DOS MIL TRESCIENTOS CUARENTA Y OCHO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2348.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, anoche mientras estaba en mi cama y te pedí que me ayudaras a sentirme mejor y de inmediato sentí la mejoría, no puedo dejar pasar la oportunidad para decirte gracias y para suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nunca dejes de amarme, nunca dejes de cuidarme, nunca dejes de perdonarme, nunca dejes de hacerme sentir tu presencia en mi alma, en mi corazón, en mi mente, en mi entorno. Yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nunca me quites tu protección. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, quiero darte gracias por venir en mi auxilio cada vez que te llamo, por venir en mi auxilio incluso sin llamarte, por cuidar de mi cada día, todos los días de mi maravillosa vida. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo reconozco que no soy nada, que no soy nadie, que soy un absoluto fracaso como ser humano, pero quiero decirte que me siento la mas grande, la mas exitosa, la mas feliz, por contar con ese tu inmenso amor. Te agradezco infinitamente que me ames como me amas mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, tu eres la parte mas hermosa de mi existencia, quien le da un real valor a mi corazón, quien hace que mi alma sea pura y bella. Tu presencia dentro de mi corazón llena de luz y de gracia a todo mi ser. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi alma, con tigo lo tengo todo, sin ti yo no tengo nada, te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nunca me dejes, nunca te alejes de mí y me ayudes a ser mejor cada día para ser merecedora de ese tu inmenso amor. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo mi vida, mi existencia, todo lo que tengo, todo lo que soy. En tus manos encomiendo mi mundo entero y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor ese mundo este dirigido a ti. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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