Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 2324.
Pero antes que nada
quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE
MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias
por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo,
mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de
mi corazón mi adorado padre celestial.
Y para cumplir con
una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios
de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero dedicar esta carta para
decirte gracias. Dios de mi vida, quiero agradecerte inmensamente por el maravilloso
cumpleaños de mi hijo Andrés y por permitirles reunirse como hermanos y pasarla
bien. Tú sabes mi Diosito adorado cuan importante es para mi verlos juntos y
felices, compartiendo juntos. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial.
Dios de mi amor,
gracias por ayudarnos a todos a dejar las rencillas del pasado y a seguir con
nuestras vidas bendecidos con tu amor y con tu compañía. Te lo agradezco por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo te
agradezco de todo corazón por ayudarme a cumplir las promesas que te hice, por
darme la valentía para erradicar de mi vida todas esas acciones que me hacían quedarte
mal. Quiero que sepas que estoy luchando para cambiar por amor a ti, pero que
esta lucha no seria posible sin tu ayuda mi adorado padre celestial. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón, quiero
aprovechar esta carta para poner en tus sagradas manos la vida y la salud de mi
amiga Patricia Flórez y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por
favor la bendigas con tu amor, compañía y protección por siempre y para siempre.
Y en este punto
quiero detenerme para suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor
me perdones por criticar su manera de ser y de vivir, a sabiendas de que yo no
soy nadie para hacerlo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial.
Dios de mi alma, te agradezco
de todo corazón por hacerme ver mis constantes errores con tanto amor, cariño y
paciencia. Por estar a mi lado y acompañarme siempre en mis momentos buenos,
malos y regulares y porque nunca te cansas de amarme a pesar de no merecerlo.
Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
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