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domingo, 29 de agosto de 2021

MI CARTA DOS MIL TRESCIENTOS VEINTITRES A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 2323.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, mi corazón, hoy quiero aprovechar esta carta para decirte gracias. Dios de mi vida, solamente tu puedes saber lo inmensamente agradecida que yo estoy, porque tu mi Diosito adorado, tomaste todos y cada uno de los pedazos de mi corazón y lo reparaste por completo. Pero lo mas importante es que me enseñaste que este mi corazón te pertenece por entero a ti. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Durante casi toda mi vida estuve equivocada y fue gracias a ti y solo a ti, que ahora, a mis 57 años descubrí mis equivocaciones. No se si me alcance el tiempo para resarcir todo lo que hice mal, pero te agradezco de todo corazón mi amadísimo Señor Jesucristo, por darme esta oportunidad de cambio estando viva. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, con cada error cometido yo me destruía a mi misma, pero tu estabas ahí, junto a mí, para reparar los daños que me hacia a mi misma con mis constantes equivocaciones. Todas las relaciones abusivas que tuve, los hombres que me hirieron moral y físicamente, las palabras hirientes que escuche, las peleas que enfrenté lastimaron a mi corazón dejándole profundas huellas de dolor, pero tu mi Diosito adorado, con una extraordinaria paciencia que solo se puede encontrar en tu ser, borraste cada una de esas huellas con la grandeza de tu inmenso amor.

Son muchos los motivos que tengo para darte gracias, mi adorado padre celestial, pero hoy quiero enfocarme precisamente en esto. Quiero que sepas que me arrepiento de todo corazón por cada uno de mis errores y que te agradezco inmensamente porque nunca permitiste que esos mis errores tuvieran consecuencias irreparables. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi cielo, gracias a ti y solo a ti, mi vida entera ha sido un aprendizaje de todas tus enseñanzas y te agradezco de todo corazón por permitirme asimilar, entender y poner en practica esas tus valiosas enseñanzas. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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