Buenos días mi Diosito
adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta
número 3444.
Pero antes que nada quiero
decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI
CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER
LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida,
gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de
las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados
que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de
mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar
esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico que, si es esa
tu santísima voluntad, por favor me perdones por las peleas tan horribles que
he tenido con mi esposo. Perdóname por favor por usar tu nombre para tratar de
calmar a mi esposo con desesperación y con rabia. Te suplico que me perdones
por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial, y te prometo
que jamás volveré a cometer ese enorme error. Te lo prometo por tu inmenso amor
mi adorado padre celestial.
Dios de mi amor, yo te
suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me
perdones por no tener la fuerza de voluntad que necesito para tolerar las
ofensas sin enojarme. Esa es mi promesa incumplida para ti y es la promesa que
mas quiero cumplir para poder demostrarte con hechos que es mas grande el amor
que siento por ti que la rabia que me producen las ofensas. Oh, mi adorado
padre celestial, por favor perdóname. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi cielo, yo te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no ser la
hija que tu mereces, por no cumplirte con las promesas que te hago, por pedir y
pedir y no dar nada. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi corazón yo te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por ser tan
inútil y no ser capaz de mantenerme a mí misma a esta edad. Te suplico que me
perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi alma, yo te
suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por no
servir para nada. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida, perdón, perdón, perdón por no haber podido
superar la rabia y dejar al malvado atrás para poder ser feliz con tu inmenso
amor que es todo lo que realmente valioso que yo tengo en este mundo gracias a
ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu inmenso amor
mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito adorado,
gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario