Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias
a ti, escribiendo para ti, la carta número 3330.
Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR,
POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR
CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos
la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias,
gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre
celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.
Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero
pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además
de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas
a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y emocional. Te lo suplico
por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón
y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo
todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida,
cuando pienso en mi hermano Gabriel, me doy cuenta de que, aunque fuimos
hermanos 53 años, el tiempo que compartimos fue demasiado poco. Ni siquiera recuerdo
como fue nuestra niñez, lamentablemente olvide casi toda esa parte de mi vida,
solo tengo en mi mente unos vagos recuerdos de cosas insignificantes, pero creo
que las cosas importantes, tristes o alegres las olvide por siempre.
Dios de mi amor, jamás he querido devolverme hasta ese pasado, y
no se cuál es la razón para eso, lo único que ahora a mi me importa es vivir de
la mejor manera en la que tu me permitas vivir y aprovechar al máximo el
milagro de esta existencia, hasta que sea tu voluntad, que yo abandone este
mundo terrean.
Ahora, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, yo
quiero amarte más, dedica mas mi tiempo a ti mi adorado padre celestial y menos
tiempo a los problemas humanos que yo no soy capaz de resolver y que lo único que
logran es que llene mi corazón de sentimientos negativos que me alejan de ti.
Como rabia, coraje, y malas respuestas a las agresiones.
Hoy recuerdo con nostalgia que no compartí mucho con mi hermano,
pero te agradezco a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo que me hayas
dado la oportunidad de brindarle a mi hermano un techo seguro hasta su ultimo día
de vida. Eso solo fue posible gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo.
Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi
cielo, ahora mi hermano Elkin ha emprendido su camino de regreso al cielo y quizá
ya se encuentra contigo en felicidad eterna y si es posible y es esa tu santísima
voluntad, su alma sabrá que lo ame demasiado y que hice lo humanamente posible
por él, aunque soy consciente de que pude hacer más. En tus manos encomiendo su
alma y su espíritu y el perdón de todos sus pecados y te agradezco por
recibirlo con tus brazos abiertos para que el tenga la felicidad que perdió cuando
mi madre se fue primero. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado.
Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario