PAGINA PRINCIPAL

lunes, 10 de junio de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS TREINTA Y NUEVE A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3339.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si mes esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, después de la muerte de mi hermano, me di cuenta de que, el tiempo que yo he compartido con los seres que me diste para amar en este mundo es relativamente poco y quiero que sepas que me arrepiento de todo corazón por no haber aprovechado mas el tiempo para pasarlo con ellos en lugar de estar enfocada en mi egoísmo. Yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad por favor me perdones por eso y que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me des la oportunidad de tener un poco mas de tiempo de calidad con mis hijos y con mis seres queridos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, Cuando murió mi hermano Elkin, yo experimenté un gran dolor, igual al dolor que sentí cuando murió mi madre y también al que sentí cuando murió el perrito de mi hija Johana y es que todos esos seres maravillosos que tu me regalaste para amar en este mundo fueron parte importante de mi existencia y no los supe apreciar. Después de su muerte yo comencé a sentirme triste por el hecho de que nuestra existencia en este mundo debe terminar un día y porque el miedo a la muerte aun existe dentro de mi corazón.

Hoy quiero pedirte perdón  por eso y quiero que sepas que, a partir de ahora jamás volveré a preguntarme el porque de la muerte, que solo me enfocare en vivir lo mejor posible la maravillosa vida que me permites vivir y que voy a suplicarte a ti mi amadísimo señor Jesucristo que el día que yo deba morir, que tu me llames de este mundo a tu presencia yo tenga la valentía para enfrentarme a la muerte sin temor, la resignación para dejar este mundo sin apegarme a el y el inmenso amor para recibir tu amor con alegría dentro de mi corazón gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario