PAGINA PRINCIPAL

sábado, 4 de mayo de 2024

MI CARTA TRES MIL TRESCIENTOS DOS A DIOS

 


Buenas tardes mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3302.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL INMENSO HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA. 

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo mi amor. 

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual.  Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por pelear, por llenarme de rabia porque no me llevan al médico, por pedir cosas humanas que se que ni voy a obtener y por llorar por a falta de esas cosas, sabiendo que, con tu inmenso amor, yo tengo todo lo que necesito en esta vida. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por enfrascarme de nuevo en problemas sin sentido, por pedirle el dinero a Guadalupe, sabiendo que a el no le gusta que yo se lo pida, por controlar lo que él se gana. Yo sé que eso está muy mal y te prometo que, a partir de hoy, yo no voy a volver a hacerlo. Que voy a esperar hasta que el quiera entregármelo, porque en realidad el es quien lo trabaja y quien debe decidir como y en que se lo gasta de la misma manera que yo decido que hacer con lo que yo me gano. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por demorarme tanto en escribir tus cartas, cuando debería ser la primera cosa que yo haga en la mañana cada día, todos los días. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por sentirme triste porque mi hijo no se acuerda de mí, porque mi hijo me insulta, porque mi hijo tiene en su corazón tanto odio hacia mi y porque mi hijo incluso me desconoce como madre, en lugar de ser feliz y agradecida porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, mi hijo esta bien, mi hijo salió del mundo de las drogas y mi hijo ahora puede hacer su vida normalmente, trabajar y luchar para salir adelante, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario