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miércoles, 10 de abril de 2024

MI CARTA TRES MIL DOSCIENTOS SETENTA Y OCHO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3278.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Dios de mio vida, yo se perfectamente que no merezco que me ames como me amas, pero te agradezco con todo mi corazón que, a pesar de no merecerlo tu me bendigas con tu inmenso amor. Tu amor es el eje central de mi existencia, es mi oxigeno vital, es lo único que sostiene mi vida y me permite seguir adelante y ser feliz a pesar de los pesares. Y hablo de pesares humanos, no de pesares espirituales, porque gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo mi felicidad esta dentro de mi corazón, porque ahí estas tu.

Dios de mi amor, yo sé que me equivocado, que toda mi vida ha estado llena de errores, errores que hicieron que perdiera el respeto y el amor de mis hijos, pero también se que, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo yo nunca perderé tu amor, porque me has permitido arrepentirme de mis errores, me has permitido amarte, me has perdonado y nunca me has abandonado. Tu mi amadísimo señor Jesucristo me has enseñado que, a pesar de que yo crea que no merezco tu amor por todos los pecados que he cometido, tu eres un padre amoroso que nunca nos quita su amor, al contrario, cada día, todos los días, ese tu inmenso amor se hace más grande.

Dios de mi cielo, hoy estoy aquí, sentada frente a ti para decirte que te amo con todo mi corazón, que te necesito para vivir y respirar, que sin ti mi vida no tiene ningún sentido y que te agradezco con el alma porque no tienes en cuenta mis errores sino la fe que te tengo, que gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo, cada día se hace más grande.

Dios de mi corazón, quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, por favor nunca dejes de amarme, nunca dejes de bendecirme, nunca dejes de perdonarme, nunca dejes de acompañarme y nunca dejes que mis errores humanos me separen de ti. Te lo suplico por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

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