PAGINA PRINCIPAL

viernes, 22 de marzo de 2024

MI CARTA TRES MIL DOSCIENTOS CINCUENTA Y NUEVE A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3257.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, fisica, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por ser tan inútil humanamente hablando. Según mi esposo, yo soy el peor negocio, la peor mujer, la que siempre lo está maltratando, a quien solamente le interesa el cheque. Yo soy la mujer que peor lo ha tratado en su vida, soy loca, estúpida y muchos otros insultos más que ni siquiera recuerdo.

Para mi hijo menor ni siquiera soy su madre, soy una tía que le quito la posibilidad de tener la vida maravillosa que el siempre soñó y que hasta se confabuló con las personas que le han hecho daño.

Para mi hijo mayor solo soy una persona a quien llama cuando necesita pero que no merece siquiera entrar a su casa.

Mis hermanos y hermanas solo me hablan cuando me necesitan, pero cuando quiero ir a visitarlos tampoco me invitan a sus casas.

Por estas razones y muchas otras que ahora no puedo recordar yo hoy te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por todo lo que sea cierto de todas estas acusaciones que las personas que me diste para amar en este mundo hacen sobre mí. Te suplico que me perdones porque si esas acusaciones con ciertas, esas cosas te lastiman a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones por pelear, por discutir, por mantenerme a la defensiva, por no cumplirte la promesa de nunca volver a hacerlo ya que me ha podido mas la rabia y la decepción humana, que mi amor por ti y ahí radica el enorme pecado que yo estoy cometiendo en contra tuya cada que peleo. Te suplico que me perdones por tu inmenso amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario