Buenos días mi
Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracia a ti, escribiendo para ti,
la carta número 3247.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima, además de llenar nuestros corazones con
tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y
salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy y gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas
nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado
padre celestial. Dios de mi vida. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo el
entendimiento de mi hijo Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad,
por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, hoy,
mañana y siempre, por siempre y para siempre, para que su entendimiento se abra
y finalmente entienda cual es la verdad y cual es la ficción, gracias a ti y
solo a ti mi adorado padre celestial. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, en tus manos encomiendo la memoria de mi hijo menor Andrés y te suplico
que, si es esa tu santísima voluntad, por favor la bendigas con tu amor, compañía
y protección, en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para
siempre, para que, su memoria regrese y él pueda recordar la verdad de su vida,
quienes somos sus padres, quienes son sus amigos, y quienes fueron los que en realidad
le hicieron daño, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo
suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
cielo, en tus manos encomiendo el miedo que me da ir a la cita del marcapaso y
te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu
amor, compañía y protección, desde este momento y hasta la hora de la cita para
que ese miedo desaparezca gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo
y yo sea capaz de pasar por ese momento con la mi fe recargada y sin este miedo.
Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de
mi corazón, en tus manos encomiendo mi paciencia para recibir todo de mejor
manera que lo recibo y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por
favor la bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, hoy, mañana
y siempre, por siempre y para siempre para que esa paciencia se haga presente y
nunca mas desaparezca gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo.
Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Gracias por tanto amor. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario