PAGINA PRINCIPAL

jueves, 29 de febrero de 2024

CARTA TRES MIL DOSCIENTOS TREINTA Y SIETE A DIOS

 


Buenas noches mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3237.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias mi amo. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para poner en tus sagradas manos el destino de todas nuestras peticiones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, en tus manos encomiendo todas nuestras necesidades, las necesidades de todos nosotros alrededor del mundo entero y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor las bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre, para que esas necesidades sean cubiertas gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, en tus manos encomiendo a mi hijo menor Andrés y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección, en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre, para que el pueda acordarse de mí, acordarse de que yo soy su madre y lo amo y de que nunca le haría ningún daño. Que el pueda dejar de sufrir pensando que yo lo traicioné y que todas esas ideas equivocadas que tiene su hermosa cabecita desaparezcan para siempre, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi cielo, en tus manos encomiendo a mi hijo Fabian y te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor lo bendigas con tu amor, compañía y protección en este momento, hoy, mañana y siempre, por siempre y para siempre, para que el pueda relajarse, confiar mas en ti, para que su estrés desaparezca y el obtenga el empleo que esta necesitando para quedarse a vivir en Canadá, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario