PAGINA PRINCIPAL

miércoles, 31 de enero de 2024

MI CARTA TRES MIL DOSCIENTOS OCHO A DIOS

 


Buenos días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti, la carta número 3208.

Pero antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.

Gracias por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi amor.

Y para cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los pecados que he cometido hasta hoy.

Y también quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.

Dios de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo todo esto por tu inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, cada día, todos los días, gracias a ti y solo a ti mi amadísimo señor Jesucristo yo tengo la gran fortuna de despertarme y de disfrutar de un nuevo día de vida y salud. Ese es el primer milagro que recibo de tus sagradas manos al abrir mis ojos y tener la grandiosa oportunidad de seguir existiendo en este mundo maravillosamente hermoso mundo de amor que tu mi amadísimo señor Jesucristo creaste para todos nosotros tus hijos alrededor del mundo entero. Quiero que sepas que te agradezco con todo mi corazón por amarme como me amas y porque nunca te olvidas de mí. Te lo agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.

Dios de mi amor, gracias a ti y solo a ti, yo finalmente aprendí a darle un valor real a la vida que tu me regalas a diario, y es por ese valor que ahora le doy que últimamente me lleno de miedo porque se que un día, esta vida maravillosa que tu me regalas dejara de existir en este plano terrenal. No solo me lleno de miedo, sino que la tristeza me invade por haber perdido gran parte de ese tiempo tan valioso con el que tu me bendices haciendo lo que no debí hacer o hablando lo que no debí hablar.

Me entristece saber que a mis casi 60 años no coseche nada bueno. No tengo nada material, no tengo la compañía de mis hijos, incluso uno de ellos esta totalmente alejado y desprendido de mí, y la convivencia con mi esposo es más mala que buena. Yo soy un completo fracaso.

Humanamente me siento derrotada, aun hasta el día de hoy no he podido encontrar mi norte, humanamente hablando y los anos llegan y el tiempo se va y todo lo que hice mal me ha pasado factura. Ante los ojos de los humanos yo soy un parasito que no sirve para nada y que no aporta nada. Pero, yo sé, estoy totalmente convencida de que, ante tus ojos de amor oh, mi amadísimo señor Jesucristo yo aun sigo siendo tu hija, esa niña que quiere salir adelante y a quien tu ayudaras a cumplir todos sus sueños sin importar nada.

Tu eres mi esperanza, eres mi felicidad interna, eres mi mas divino tesoro y eres el único que logra sacarme de la tristeza porque procuras para mi un amor tan grande y me haces sentir ese tu inmenso amor sin importar lo que piense de mi la humanidad. Gracias Dios oh, mi adorado Dios del alma, por tanto, amor.

Te amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario