Buenos días mi
Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para ti,
la carta número 3179.
Pero antes que
nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA PRESENCIA
DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL ENORME HONOR
DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias por la
vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día, gracias
por todo, mi corazón. Gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con todas las
fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te amo, mi
amor.
Y para cumplir
con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por todos los
pecados que he cometido hasta hoy.
Y también quiero
suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar nuestros
corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos nosotros
larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu amor y te
doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios de mi
vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma, hoy
quiero dedicar esta carta para decirte tantas cosas. Te digo esto por tu
inmenso amor mi adorado padre celestial. Dios de mi vida, tú eres el único que,
si sabe la alegría que siente mi corazón al ver a mi hijo compartiendo
sanamente con la familia, socializando, riendo, pasándola bien. Y cuando lo veo
de esa manera lo único que yo hago es agradecerte a ti mi amadísimo señor Jesucristo
por este enorme milagro que nos has hecho al recuperar para mi hijo su
normalidad.
Viéndolo de
esa manera no me queda mas que maravillarme y agradecerte inmensamente al
presenciar ese milagro materializado. Verlo así, cuando un año antes andaba
perdido en un mundo del que no hubiera podido salir sin tu ayuda. Oh, mi amadísimo
señor Jesucristo, yo nunca voy a poder pagarte por tantos y tan enormes milagros
que nos has concedido durante nuestra existencia. Gracias, gracias, gracias,
mil gracias, muchísimas gracias, gracias, mil, por permitirme ser testigo de
este maravilloso milagro de amor materializado en mi hijo menor Andrés. Te lo
agradezco por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios de mi
amor, tu eres todo para mí, mi amor, mi padre, mi mejor y único amigo, el amor
de mi vida. Tu eres mi única ilusión, mi esperanza, mi fe, mi verdadera
felicidad. Tu eres toda mi vida. Gracias por amarme tanto oh, mi amadísimo señor
Jesucristo.
Hoy te
agradezco por amarme, por mantenerme viva y saludable, por escucharme, por
aconsejarme, por guiarme. Te agradezco por ser la mejor parte de mí. Si no
fuera por ti, yo no podría resistir las cosas malas y no pudiera disfrutar de
las cosas buenas que tu me regalas cada día, todos los días. Gracias Dios por
tanto amor. Dios de mi cielo, en aras de mejorar y conservar esta salud que tu
me regalas, yo quiero hacer el propósito para este año de incorporar mas
ensaladas en mi alimentación. De verdad no quiero dejar de comer los
carbohidratos porque gracias a ti aprendí que se necesitan para la energía,
pero si debo incorporar las ensaladas para ayudarle a mi cuerpo a evacuar todas
las toxinas que tienen los alimentos que consumo. Eso lo aprendí gracias a ti y
te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me ayudes a lograr
este propósito. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias mi adorado padre
celestial.
Te amo mi Diosito
adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario