Buenos
días mi Diosito adorado, hoy estoy aquí, únicamente gracias a ti, escribiendo para
ti, la carta número 3004.
Pero
antes que nada quiero decirte gracias, POR TU INMENSO AMOR, POR TU DIVINA
PRESENCIA DENTRO DE MI CORAZÓN, POR SER MI PADRE ADORADO Y POR CONCEDERME EL
ENORME HONOR DE SER LLAMADA HIJA TUYA.
Gracias
por la vida, gracias por la salud, gracias por regalarnos la luz de un nuevo día,
gracias por todo, mi corazón, gracias, gracias, gracias, mi amor. Te amo con
todas las fuerzas de mi corazón mi adorado padre celestial. Te amo, te amo, te
amo, mi amor.
Y para
cumplir con una de las tantas promesas que te hice, quiero pedirte perdón por
todos los pecados que he cometido hasta hoy.
Y también
quiero suplicarte que, si es esa tu santísima voluntad, además de llenar
nuestros corazones con tu inmenso y puro amor, por favor nos concedas a todos
nosotros larga vida y salud, física, mental y espiritual. Te lo suplico por tu
amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dios
de mi vida, Dios de mi amor, Dios de mi cielo, Dios de mi corazón y de mi alma,
hoy quiero dedicar esta carta para pedirte perdón. Dios de mi vida, yo te suplico
con todo mi corazón que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me perdones
por haberle mentido a Guadalupe diciéndole que boté los casetes sin ser cierto,
a pesar de que te prometí no volver a mentir. Te suplico que me perdones por tu
inmenso amor y te doy gracias y te prometo corregir esa mentira entregándole esos
casetes sin verlos. Te lo prometo por tu inmenso amor mi adorado padre celestial.
Dios
de mi amor, yo te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me
perdones por no haber sido capaz de conservar un empleo por mi absurda manera
de ser. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi adorado padre
celestial.
Dios
de mi cielo, yo te suplico que, si es esa tu Santísima voluntad, por favor me
perdones porque a mis 58 años no tengo ni empleo, no trabajo, no dinero,
gracias a mis equivocaciones. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias, mi
adorado padre celestial.
Dios
de mi corazón, yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me
perdones por no serle de utilidad a nadie, en verdad me gustaría encontrar la
manera de que eso sea lo contrario. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Dios
de mi alma yo te suplico que, si es esa tu santísima voluntad, por favor me
perdones por no saber buscar un empleo como lo necesito, por estar cerrada de
mente y solo tener una opción para buscarlo, habiendo tantas. Te lo suplico por
tu amor y te doy gracias, mi adorado padre celestial.
Dos
de mi vida, yo te suplico con toda el alma y con el corazón por tomarme tanto
tiempo para cambiar las cosas que tu me has hecho ver que están mal, porque se
que es esa demora la que amarra tus manos para entregarme todas las bendiciones
que tienes para mi y para mis hijos. Te lo suplico por tu amor y te doy gracias,
mi adorado padre celestial.
Te
amo mi Diosito adorado, gracias por todo lo que me has dado. Hasta mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario